¡¿A cómo el depa?!

¡Chilangada aglutinada! Es momento de hablar de cómo vivimos en un espacio que se reduce día a día, teniendo que conquistar el espacio aereo.

Vivir en el D.F. es caro. Cada día vemos como aparecen edificios con departamentos de lujo, de asistencia social, de mediano caché o para cubrir de manera suficiente las necesidades de vivienda a un precio irracional.

Al ser toda una necesidad de primera mano, el endeudamiento con los prestamos bancarios y el uso del crédito infonavit no se hacen esperar.

Son las oportunidades y las ganas de seguir en una ciudad que brinda un cierto crecimiento laboral, lo que hace que muchos sigamos viviendo junto con otros que posiblemente buscan lo mismo.

¿Has pensando en vivir en otro lugar? ¿O de tu chilangolandia nadie te mueve?