Cuatro Payasos Famosos
Como complemento de nuestro divertidísimo programa transmitido él dia de ayer, te presentamos una pequeña selección de algunos de los más famosos personajes de narices rojas y pelo de colores.
1. Bozo the World's Most Famous Clown, es una de las historias de franquicias más exitosas de la televisión para niños. Creado por Alan W. Livingstone en 1946 como mascota de Capitol Records, Bozo se convirtió a lo largo del siglo XX en un ícono norteamericano y rostro conocido internacionalmente.
La fama llegó cuando, después del éxito de su aparición con el sello disquero, Larry Harmon (uno de los primeros intérpretes del personaje) compró los derechos de Bozo y lo convirtió en un programa de televisión. Este último resultó tan popular, que se hicieron versiones locales en diversos estados de la Unión Americana hasta llegar incluso a transmitirse Bozos en versión canadiense y mexicana (por la XEW, interpretado por José Manuel Vargas hasta los años 90 y por José Marroquín durante los 60 en Monterrey).
Una de las mejores fue la realizada en Chicago, que es hasta ahora el "hogar" del payaso Bozo. En mencionada ciudad se transmitió el programa hasta 1994 y una década más tarde se produjo un especial con los mejores momentos de Bozo, mismo que se re transmite con muchísima audiencia a finales de año.
Bozo es tan relevante en la cultura pop, que hay burlas y homenajes del personaje por todo el mundo-y que gozan de muchísima fama-. Dos de los ejemplos más conocidos es el payaso Krusty (de Los Simpson) y por supuesto, Brozo, el payaso tenebroso (Victor Trujillo).
2. Hablando de homenajes e influencias, la segunda figura más reconocida del mundo después de Santa Claus, fue inspirada por el payaso Bozo, hablamos nada más y nada menos que de Ronald McDonald. Willard Scott fue uno de los tantos intérpretes del personaje en Washington D.C. Cuando terminó su tiempo de Bozo, creó el adorado personaje de la marca de hamburguesas y fue el primero que se puso el disfraz amarillo ante las cámaras en los tres primeros comerciales del payaso.
Con el tiempo, Ronald McDonald se convirtió en una marca más del imperio de comida rápida. Tanto es así, que se toma el tiempo, dinero y esfuerzo de cuidar la imágen de Ronald hasta niveles que probablemente no te imaginas. Uno de ellos es que Ronald habla todos los idiomas de los países en los cuales la marca tiene presencia. Además cuenta con una serie de películas de animación, mismas que eran parte de la cajita feliz entre 1998 y 2003, mismos que fueron tan amados por los niños que llegaron a venderse en la tienda virtual de McDonalds.
Los intérpretes del personaje son actores cuidadosamente elegidos que tienen dos categorías. La más alta y perseguida es la que involucra aparecer en los comerciales de la marca. A lo largo del tiempo solamente 10 actores han tenido el privilegio de hacerlo. Los segundos son reclutados por la compañía para que vayan a centros comunitarios a entretener a niños necesitados, para que visiten las tiendas o hagan diversas apariciones públicas. Como solamente existe un Ronald McDonald, todos ellos están entrenados a comportarse y actuar de la misma manera, con el fin de evitar confusiones en los niños y evitar imitaciones (aunque los buenos payasos tienen un trato tácito de nunca robarle el acto al otro).
Ronald McDonald es el "Oficial en Jefe de la Felicidad" según el corporativo de la poderosa empresa. Su cargo involucra visitas a niños hospitalizados, casas para padres que pasan la noche cuidando de sus pequeños, granjas y centros de ayuda a niños y una serie de actividades de apoyo a la infancia a nivel mundial.
Algunas curiosidades sobre el personaje es que tiene su propio portal en internet Ronald.com, que en Japón existe un videojuego con el como protagonista, aunque allá es conocido como Donald por la falta del sonido de la "r" en su idioma. Además, en algunos países orientales-empezando por Tailandia-Ronald recibe a los clientes con las manos unidas frente al pecho, el saludo usual de aquellas tierras.
3. Para muchos el payaso más famoso de México es Cepillín. Y es que sin duda ha trascendido como uno de los personajes más amados, burlados, imitados y comentados de la televisión de nuestro país. Ricardo González Gutierrez es el hombre detrás del maquillaje y la melena oscura que tanta felicidad (y terror en ocasiones) le trajo a la infancia mexicana.
Su carrera empezó en su natal Monterrey en la cual estudiaba odontología. Para quitarle el miedo a los niños, Ricardo se disfazaba de payaso, eventualmente configurando a Cepillín (por aquello del cepillín con el que uno se lava el hociquito). Finalmente, resultó ser tan talentoso, que dejó la carrera de odontólogo por la del payasito de la tele, pues empezando por spots educativos en Monterrey terminó por tener su propio programa.
Con el tiempo, Cepillín llegó a la Ciudad de México con un programa en horario estelar que le brindaría muchas bendiciones, como una nutrida discografía (en la feria de Cepillin me encontre una guitarra, taratara la guitarra bumbum el acordeón...¿Te acuerdas?) y retransmisiones muy aplaudidas en 18 países latinoamericanos. Con una carrera tan impresionante, resulta complicado entonces negar su corona como el payaso más querido de México (aunque se aceptan sugerencias de sustitutos).
Después de tanta fama y fortuna, Cepillín tiene ahora su propio circo con un espectáculo que incluye a sus dos hijos. Además hace otro programa, dedicado a jovenes madres de bebés en Estados Unidos.
Así, el payasito de la tele ha trascendido en una serie animada, un comic publicado en los años 70, ventas millonarias en discos y risas locas de su público.
4. Oleg Popov es el representate europeo de los payasos extraordinarios. Es uno de los actos más antiguos que sobreviven hasta ahora, con un hombresito arrugado de más de 75 años. La historia del artista detrás de la peluca amarilla y el maquillaje patentado, empezó en Vierobovo, un poblado cercano a Moscú en Russia.
El hombre responsable de tantas sonrisas no es ajeno a la desgracia. Cuando era niño sufrió su primera gran pérdida cuando su padre fue deportado por la KGB para no ser visto nunca más. Desde entonces, muchos opinan que la relación del artista con su patria no ha sido de muchos afectos, más bien de muchos dolores.
Después de pasar por varios oficios muy lejanos a su futura vocación, Oleg entró a una competencia de gimnasia mientras trabajaba como periodista. En ella, tuvo la suerte de ser invitado a una academia circense de fama y calidad internacionales, en la cual se entrenó como equilibrista, jamás como comediante. Para esos entonces, Popov empezaba a coquetear con el escenario participando en algunas películasino mudas, cuando de pronto, le llegó una inesperada oportunidad.
Trabajando en un circo, el payaso estrella se enfermó de tal manera que no pudo salir a la pista. Entonces, el dueño del espectáculo le pidió al equilibrista que llenara el espacio. Oleg improvisó un disfraz y utilería de la cocina del circo y presentó un acto apresurado. La respuesta del público fue magnifica, y hasta el día de hoy Popov interpreta el mismo número sin alteración alguna.
A partir de aquella legendaria interpretación, Oleg Popov configuró a su personaje que se convertiría en el "payaso sol". Fue tan adorado por audiencia rusas, que en 1955 fue uno de los pocos que tuvieron la suerte de salir de la Unión Sovietica para irse de gira a Paris, Londres, Estados Unidos, Japón, Korea, Australia y Canada.
Popov nunca más miró atrás y fue ovacionado de pie por varios minutos en cada espectáculo, mereciéndole incluso el prestigioso premio Golden Clown en el Festival Circense de Mónaco. Con el tiempo su repertorio incluye más de 80 sketches, con los cuales obtiene siempre excelentes resultados. Será por eso, o por su filosofía de "brindar alegría, no sólamente hacer reír" que ha declarado no tener intención alguna de retirarse del espectáculo.
Tras la muerte de su esposa en los años 80, Popov se despidió de su país de origen para siempre. Debido a sus frecuentes problemas con las autoridades soviéticas, el payaso más querido de europa no pudo volver a enterrar a su mujer. En lugar de eso, se presentó una vez más en el circo. Años después, Oleg conoció a una joven mujer, Gabu Lehmann, dedicada a las mismas artes que el, con quien se casó y tiene ahora un acto en conjunto.
Ambos viven muy contentos en una hermosa granja en Bavaria, Alemania.
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